miércoles, 18 de junio de 2014

3/3 POESÍA CON NORTE: LAURA CASIELLES Y MARTÍN BEZANILLA

Correspondencia Rabat-Selaya


INTRODUCCIÓN
El martes 10 llegó el turno de la asturiana Laura Casielles y el cántabro Martín Bezanilla dentro de la sección 'Maestros y promesas' enmarcada en la tercera edición de Poesía con norte, organizada por la Fundación Santander Creativa, que se desarrolla cada semana en la Fundación Botín. Supone la segunda ocasión en que el ciclo de poesía hace la labor de reconocer a poetas jóvenes. El año pasado se contó con la presencia de Marta San Miguel. 

Esta vez, ambos, Martín y Laura son menores de 35 años, aún han publicado poca obra, pero se les vaticina ya no tanto como "promesas", sino como poetas con un futuro por delante en el género. Cierran así la sección inaugurada el 29 de abril por el Premio Cervantes Antonio Gamoneda.

Laura Casielles (Pola de Siero, Asturias, 1986) es autora de los libros de poemas 'Soldado que huye' (Hesperya, 2008), 'Los idiomas comunes' (Hiperión, 2010), poemario agraciado con el Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal y el Nacional de Poesía en la modalidad Joven, Miguel Hernández, y 'Las señales que hacemos en los mapas' (Libros de la Herida, 2014).

Martín Bezanilla (Selaya, Cantabria, 1984) ha publicado 'El desván de la almohada' (Estado de Latencia, 2007) con el que obtuvo un áccesit en el Premio José Hierro, 'Cine' (Quálea Editorial, 2013) Premio José Luis Hidalgo y pronto publicará 'Síndrome de down' aún inacabado.

Lectura dialogada de la obra "extraña" I parte

Para dar paso a la lectura de las obras, hubo antes un introito en la que el poeta, más o menos extraño a la obra del otro, hacía un análisis desde la lírica de su compañero, llevándonos a un diálogo que se compuso mediante la "instantánea y la reflexión", dos ojos que se miraban desde la cercanía de la edad y la distancia de sus estilos. Tendiendo así un puente que uniese las dos orillas. Ella viajera por el mundo árabe, el estático en la vega, en Selaya, dos visiones muy distintas de entender la realidad.

Martín Bezanilla, de manera sucinta y sin circunloquios introdujo a Laura Casielles y expuso su lectura, en concreto de su segundo poemario 'Los idiomas comunes' en el que se hace explicita la búsqueda de una lengua franca, sin adornos ni ambages, ocupando las palabras un estadio donde no necesitan de nada más que del espacio y la pausa que da un silencio. La oportunidad para su reflexión. "Una realidad en firme de la nueva poesía española", dijo Martín, para luego ceder el testigo en la charla-coloquio con "as-salamu alaykum", tras el que ella misma comenzó a hablar de su poesía.


Presentando 'Las señales que hacemos en los mapas'

Fruto de intentar comprender lo foráneo surgen los poemas con título bilingüe, árabe-español, de 'Las señales que hacemos en los mapas', un libro que presentaría de manera oficial solo unos días después, el 12 de junio, en Madrid, bajo el amparo de la editorial sevillana 'Libros de la herida'. Así que se trataba del primer recital en el que tenía este libro entre sus manos. Esta última publicación la definió como una tarea práctica que puso en marcha cuando estaba ejerciendo de periodista en Marruecos, vivía en la capital, Rabat. En él hace una cartografía lírica donde aparecen también en repetidas veces poemas de viaje en sentido estricto, sin ser estos el eje central.

"Nosotros somos los fundadores de la ciudad 
(...) Llegar antes es solo llegar antes"

Su manera de recitar pausada y sentida elevó su poesía ante un anfiteatro entregado a ese "censo de las cosas buenas -o malas- para recordarlas cuando todo va mal -o bien-", una reflexión en torno a su poética que concentra el significado que busca imprimir con su poesía. Casielles tiende más a la celebración y al canto, relacionada con el carácter comunicador que se desprende de su manera de escribir.

Si algo puede destacarse dentro de la poesía de Laura Casielles es la maurofilia. Una mirada al pasado de Al-andalus y al presente cargada de un culturalismo accesible: "Youssef Ibn Tachfine, rey bereber, sacó a las tribus del desierto para fundar la ciudad rosada".  Aquí, la musicalidad en los versos reina sobre el retoricismo. Casi nos recuerda a la visión árabe del renacimiento sobre los abencerrajes, una poesía humanista, que trata de arrojar luz. Este culturalismo no se refiere solamente a reyes; en el mismo poema 'Marraketch', bajo el título doble 'Historia contemporánea' de 'Las señales que hacemos en los mapas', aparece "Hassan Kintawi -Camarero, pícaro". Se funden reyes con ciudadanos de a pie, con camareros.  Esta es otra de las señas de Laura Casielles, una mirada al presente del mundo árabe que refleja siempre la universalidad, en todas sus vertientes. 

En 'Primera conjugación' de 'Los idiomas comunes' apuesta por el aprendizaje del idioma, instando a "decir perdón en el idioma del que irrumpe". Como ella misma dice en una entrevista, con cada lenguaje se aprenden formas de construir mundos.

En 'Descentralizaciones IV', último poema de cuatro, que llevarán este mismo nombre, clama por su parte no latina, no griega. Es un canto, casi al imperio vencido, a aquel que se borra de la historia, puesto que como ya se sabe, la historia la escribe quien gana nunca quien pierde, y de ahí que clame a su parte mora, a su parte goda, a la universalidad, y por qué no, a la verdad, puesto que son imperios que dejaron una huella importante, (después del latín, el segundo idioma del que toma más voces el español es del árabe) y eso está apartado. Sabemos, porque no hay más que mirar los libros de texto, la importancia que tiene Don Pelayo y la poca que tienen a las 'Tres mil mujeres sabias de la corte andalusí' o el valor tan oculto sobre los reinos Taifas, y como competían en número de poetas y  hombres de ciencia contra los otros reinos, y sin embargo sigue siendo materia marginal. Por ello se reclama la otra cara, la otra identidad que pocas veces se tiene en cuenta. 

Esta idealización del pueblo árabe nos lleva a pensar en un exotismo, en una búsqueda por escapar de esa visión cruda y nihilista que adelantando el turno, Martín Bezanilla expone  de la realidad. Por ello, podemos comparar a estos dos poetas con un regreso leve, quizás de un Romanticismo. Los mundos más allá de lo que vemos diariamente, aquellos lugares orientales que tanto tememos en el universo occidental, de los cuales solo vemos una nimia parte oscura (como la de todo ser humano) es por eso que, otro de los rasgos presentes, es la visión optimista del ser humano, el lado bueno. Esto se transmite en 'Ascendiente libra' 

"Pero, otras veces,

conoceréis la muerte y pensaréis en el amor,reconoceréis la maldición del paso del tiempo y os haréis súbditos incorruptibles
de la belleza.. "

Un cierre en falso, porque pasó de hablar de su obra para introducir a Martín Bezanilla. 

Martín Bezanilla por Laura Casielles

Arrancó destacando la orilla que sirve para unir el puente que antes había tendido Martín. En su poemario también se habla de cine y su mejor ejemplo se encuentra en 'Atlas Studios' y sus "paisajes extranjeros de otros tiempos". De 'Cine' dijo que el libro es lo que nos promete el título, fotos fijas de momentos que conocemos y reconocemos; curioso porque nunca hemos estado allí pero de todas maneras llegan a donde concebimos nuestro imaginario. Como Martín dice en un verso "un equipo de cine está rodando en el salón de tu casa". El amor y la muerte como elementos de medida en el cine, de la película, al ponernos delante del tiempo, donde cada minuto cuenta.

'Cine' (Quálea, 2014), premio José Luis Hidalgo

El protagonista es un héroe ensimismado, volcado sobre un espejo, ha perdido la seducción del mundo exterior y atiende a sentimientos afectivos degradados.La estructura de 'Cine' la componen dos partes, la primera a modo de introducción es 'Cartelera', donde introduce al lector en el mundo del cine a través de los diversos géneros y una segunda, de nombre homónimo a la obra, que desarrolla la temática introducida en la primera parte. El libro lo cierra 'Cine (poema en flashback)'.

'Autorretrato': “primero los ojos”. Así se arranca Martín Bezanilla a recitar. Se apagan las luces y describe. Comienza la película. Enmarcado en la segunda parte de su último libro presenta el nihilismo, la vacuidad, “aunque pudieran estar oxidados, o mejor vacíos”. Con tono vacilón, -se considera un desastre- ambienta la escena con bromas. Vuelve a abrir la boca y recita de nuevo. Cambian las caras de los presentes. La dureza y la forma cruda de un sinsentido, un tremendismo cargado de imágenes duras, como la grúa que vio de pequeño sosteniendo a su abuelo que moría de párkinson, plasmada en 'Superman frente al espejo'. El existencialismo. ¿Qué sentido tiene? Contrastan las pantallas, los espejos. Mira la realidad desde dentro del cuerpo, y todo ocurre, caminando hasta el mundo externo, y allí las cosas no son como las películas. “No te extrañe que mis sueños tengan las vértebras quebradas, si, en realidad, Superman murió en una silla de ruedas” de ‘El sueño de Clark Kent’.

Un poema llamado ‘Happy Ending’. Lo real. “Nada queda al descubierto cuando los héroes se quitan la máscara (…) nada salvo una identidad vacía como la del muñeco de un ventrílocuo”.  Sí. Bienvenido al mundo real. Las luces se encienden, y la película porno en el salón de tu casa. La explicación del “no ser”. La fealdad en 'El amor revisado'. “Me gustaría escribir sobre el asco" así comienza el poema, "pero no de forma aséptica en la que las hedientas llagas de un inválido”, continúa. Mirarse al espejo y decir “puto gordo de mierda. Retrasado”. El tiempo devorador y la mugre. No le importa tirar poemas a la basura, apostilla entre risas.

Leyó algún poema inédito de 'Síndrome de down', una obra que tiene casi terminada y en la que busca una "pretendida objetividad". Pronto estará terminada. La idea de 'Síndrome de down' nace de la lectura de un libro 'El declive del hombre público' de Richard Sennett (Anagrama, 2011), "un canto a lo infraordinario"

-¿Si Laura Casielles parte de la luz?, ¿tú?, ¿partirías más del conflicto? 

-“Bueno sí. Partiendo de que toda poesía debe de arrojar luz, yo me considero más vampiro”, dice Martín Bezanilla cerrando.

Texto: Alejandro Rebollo y Juan P. Torres

lunes, 9 de junio de 2014

The Anomalys pasaron por Santander el jueves

Tres tarados, tequila, fans y un nombre en inglés para un trío holandés


Prorrumpen en escena ya de noche, la hora del cartel se quedó en algo anecdótico. Con el metro ochenta y cinco como altura media necesitan hacer estiramientos, beber sin compasión y, Profundo, tomar strepsils para disimular la fiebre española.

Se les ha descrito como "la banda de rock más salvaje de Europa" y en Santander lo comprobamos con los bailes enajenados de los dos guitarras, Bone (encargado también de la voz) y Profundo Potlood (en los coros en alguna canción); con el batería Memme descamisado y dando botes en la caja de cervezas que hacía de asiento. Supimos entonces por qué Slovenly records les apoyan y han sacado hasta cuatro referencias, desde el debut en el largo con un LP homónimo en 2010, hasta el EP Dead line blues que venían a presentar.


más lanzamientos:

Black hole blues EP (Slovenly records, 2007)
The worlds ain't round it's square (Mv50 records, 2012)
Retox EP (Slovenly records, 2012)


Se busca el nombre de la canción.- JUAN P. TORRES

Antonio de Los Chicos les trajo hasta el Rock beer The New después de haber pasado, ya en la parte española de su gira europea (por Holanda, Francia y España), por ciudades como Barcelona o Madrid; todas las fechas enmarcadas en su tour Raya de la muerte. En la convocatoria del evento Fausti Rudi, una oveja amante del rock n' roll no se equivocaba tampoco con las líneas que hacían de llamamiento para el concierto: GARAGE, PUNK ROCK&ROLL, modos primitivos para una puesta en escena acalorada, donde no sólo suda el músico, cuando una guitarra padece la mala ostia de quien la toca, o un plato de la batería tiene que asumir que el cabezazo a la holandesa es un recurso más para sacarle sonido.





Repasaron buena parte de su repertorio. The Anomalys hasta hicieron un pequeño bis del que solo salvé para la memoria una canción, las prisas apretaban por volver, ya cerca de los primeros minutos del viernes 6. Un concierto frenético, con apenas pausa que duró apenas una hora, pero menuda hora.


Cartel de la gira española diseñado por Bone.

Con lo que queda de gira por España, más alguna fecha por Francia y la final en Holanda podrán quitarse la rémora de no haber podido ir al Go Sinner Go!! por culpa de que la furgoneta les dejase tirados después de haber puesto gasolina en vez de diesel cuando marchaban para Toledo:
9 - Monday - Estepona - Spain - Louie Louie R´n´R Club
10 - Tuesday - Valencia - Spain - Magazine Club
11 - Wednesday - Tarragona - Spain - Sala Zero
12 - Thursday - Bilbao - Spain - Azkena
13 - Friday - La Rochelle - France - Le Barbarella
15 - Sunday - Le Havre - FR - L'escale
27 - Friday - Haarlem - Netherlands - Patronaat
Y para acabar con una curiosidad, los holandeses echaron en Santander una partida de futbolín; Bone con seis años jugando al fútbol a sus espaldas, yo con la cámara en la mano, Profundo jugando con puntos en la cara y Memme doblando camisetas para sacar dinerillo. Antonio, promotor del concierto en Santander propiciando el momento y organizando un pepino de concierto en el New.

Lo único que reprochar los prolegómenos que se hicieron largos, suerte que los espigados amsterdameses rindieron como potros montandos a una yegua, siempre con un high de energía que no sabemos cómo aguantan. Sobre todo el más alto y desgañitado varón con perlo rubio enroscado, portento del grito.